10 cosas imprescindibles para hacer en Marrakech

Marrakech es una ciudad con una cultura y una personalidad única, que no deja indiferente a nadie y que ofrece un sin fin de actividades a los turistas.

1. Pasear por las callejuelas de la Medina y sus zocos es algo obligado en vuestro viaje y algo que podéis hacer en cualquier época del año. Me pareció realmente curioso  la cantidad de puestos y tiendas que podías encontrar; lámparas, teteras, objetos de decoración árabe, bisutería, vestidos, alfombras, remedios naturales, bolsos y zapatos de piel, entre otras muchas cosas.  Todo es artesanal y natural, y precisamente creo en eso radica el encanto de los productos que venden, así como sus precios son muchas veces irresistibles. Según tengo entendido, el precio que paguéis debería de ser una tercera parte de lo que el vendedor te dice.

2. Plaza Yamaa El Fna es la plaza principal de Marakech y un lugar indispensable en vuestro viaje. La magia en estado puro de Marrakech se da cita en este sitio. Encantadores de serpientes, espectáculos con monos, tatuadoras de henna, puestos de zumo de naranja, el olor de las especias, la carne, frutos secos; así como el ruido de las motos esquivando a los transeúntes y voces de vendedores ambulantes intentando captar a clientes serán sonidos habituales en este lugar.

Aunque ya desde primera hora de la mañana puedes disfrutar de este verdadero espectáculo, al caer la noche se vuelve aún más especial. Miles de personas abarrotan la plaza llenándola de actividad. Se montan puestos de comida marroquí (a muy buen precio, por cierto) donde os recomiendo que os sentéis a probar las delicias típicas de la ciudad.   También desde la plaza divisaréis la Mezquita Kutubia, el cual es el punto más alto de todo Marrakech, aunque si no sois musulmanes solo podréis verla desde fuera.
10 cosas imprescindibles para hacer en Marrakech

3. El Palacio de la Bahía, construido con la intención de ser el mayor palacio de todos los tiempos, es un lugar que sin duda merece la pena visitar. Encierra historias muy interesantes, aunque actualmente se encuentra algo descuidado y vacío.

4. Los Jardines Menara, los más populares de Marrakech, constan de un gran estanque presidido por un edificio principal y se encuentran rodeados por un huerto de miles de olivos. Al llegar tuve la sensación de estar delante de un jardín hace años exótico, un lugar que había sido testigo de romances de los sultanes de la ciudad, rodeado de palmeras y olivos, y en un estanque en el que habían nadado peces de colores llamativos. Sin embargo, actualmente, quizá debido a la falta de recursos económicos, ha dejado paso a un jardín medio abandonado, más parecido a un huerto de olivos, y en el que dudo que exista vida alguna en el agua oscura del estanque.

5. Los Jardines Majorelle, propiedad de Yves Saint Laurent desde 1980, he de reconocer que me sorprendieron. Como un oasis de las altas temperaturas y el clima seco y árido de la ciudad, este jardín botánico ofrece un lugar de frescor gracias a la gran cantidad de plantas muy diversas, donde podréis relajaros sentados bajo una alta palmera.

6. Guéliz es la zona elegida por la mayoría de los extranjeros que viven en Marrakech y la cual se caracteriza por edificios de nueva construcción al estilo occidental, tiendas como Zara o Mango y restaurantes de comida rápida. Aunque según mi opinión, la Medina acapara el encanto de la ciudad, visitar la zona nueva puede ser una buena oportunidad para desconectar de sus bulliciosas calles durante un rato. Podréis ir de shopping o cenar en restaurantes occidentales.

7. Por muchas calles de Marrakech veréis Calesas, que son los carruajes típicos del país, llevando a turistas. Es una actividad de lo más interesante que os recomiendo totalmente, y aunque no es de las más baratas  (unos 250 dirhams que intentamos regatear en vano), disfrutaréis de un agradable paseo por muchas zonas de la ciudad mientras el conductor os explica encantado detalles sobre lugares de interés por los que vayáis pasando.

8. Andar en camello. No hay que perder la oportunidad de montar en el medio de transporte por excelencia para los habitantes de Marruecos, el camello. No os será difícil ver estos animales por la ciudad, pero si os apetece dar un paseo subidos a uno, acercaros al palmeral, será una experiencia diferente e inolvidable.

9. La comida marroquí. Buena, bonita y barata… ¡pero poco higiénica! El Cous cous, el tajine, la ensalada marroquí, el Msaman, el té moruno y las pastas, etc. me pareció todo delicioso. No había probado  hasta ese momento casi nada de la cocina marroquí y me llevé una grata sorpresa. Cenar en los puestecitos de comida que encontréis paseando por los zocos no os costará más de 1 o 2 euros, podéis también sentaros tranquilamente en la Plaza Yamaa El Fna o entrar en uno de los restaurantes de la ciudad, aunque el precio ya será algo más alto.

Aunque sin duda os aconsejo que probéis los alimentos típicos de la ciudad, debo decir que muchas veces la higiene  dejaba mucho que desear. Por ejemplo, en algunas de las calles de la Medina, varias mujeres montaban un puestecito improvisado y vendían pastas para el té hechas por ellas mismas. La verdad es que la gran mayoría parecían muy apetecibles, pero cuando me fijé en que decenas de moscas y otros insectos volaban y se posaban en los dulces, cambié algo de opinión. Eso sí, a la gente que las comparaba -que no eran pocos- no parecía importarle, y mucho menos extrañarle.
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10. Finalmente, ver el atardecer en Marrakech es algo imprescindible. Algo que os dejará boquiabiertos. Una de las puestas de sol más bonitas que he visto en mi vida.

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